Pensar en regalos

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Muchas veces nos desgastamos pensando en que invertir con la persona que amamos, ya sean nuestros padres, parejas, amigos o amantes. Y una muestra de afecto o de consideración puede llegar a ser una gran inversión a largo plazo y casi sin darnos cuenta, el tiempo nos devuelve en comisiones inesperadas, una sonrisa el día menos esperado.

Vivimos pensando que es lo que le hace falta, cuales son sus grandes necesidades, si no llego a cubrir su placard, si no tiene aquello u otra cosa. Y simplemente podemos regalarles una sonrisa en el momento justo, ya sea personalmente o a través de un mensaje sorpresa.

No vamos a poder ver ni saber con exactitud cual será la recepción real de ese regalo, porque solo cada uno con el tiempo valora lo que en algún momento recibió.

No pierdas el tiempo pensando demasiadas opciones de compra al momento de regalarle algo a un ser amado, porque es aquella persona quien le dará el valor extra y proporcional que menos te imagines.

Tú puedes hacer el gasto más caro de tu vida y sin embargo para la otra persona, una simple sonrisa puede dejar una enorme huella en sus recuerdos cada vez que te piense.

Solo piensa en ella, en su forma de vida, en cuantas veces la has visto alegrarse por una situación típica y real en su cotidianeidad y veras que fácil resulta imaginarla recibir tu sonrisa.

Los momentos que quedan más tatuados en nuestro andar, son aquellos en que sorprendemos con lo más genuino y natural. Una sonrisa no es un regalo que se le hace a cualquiera, debe ser merecedor de ese instante y perceptor de lo valioso que fue para ti regalarla.